domingo, 30 de noviembre de 2014

Chispa
 
¡Tú! ojos luz de la oscuridad,
tus caricias son fidelidad.

Te sonrojas cuando te mando una mirada.
Tu nombre es resplandor del alba.
Eres la fina lana de terciopelo.
Corres por los valles
poblados de alevillas .
¡Tú! Centinela amigo.
Eres símbolo de fidelidad.

Tu despedida, te fuistes.
Mire tus horas de agonía.
La sangre, se fue...
Polvo seras.
Tú ya no estas.
Ya no siento tu ladrar.
Ni tu corazón palpita ya.
¡Adiós!
Emblema de amistad.
 
Y es el vacío que deja un pequeño animal tras su muerte.
Ilaudey

viernes, 21 de noviembre de 2014

Se levanta el alba,
el sol chispea fulgor.
Es el fin del año escolar.
Es la entrega de los galardones trabajados.
Es la despedida de los críos.

Se hace la esplendida reunión.
A algunos se les deslizan las lagrimas,
es la partida, aquellos ya se marchan.
Los condiscípulos se brindan muestras de cariño,
declaran el amor de la amistad,
Y reciben los elogios de los edificadores.

Se respira tristeza y armonía,
recuerdan sus tiempos de antaño,
apenas se les conocía.
La tímida sonrisa de algunos,
la espontaneidad de otros y la locura,
ahora brilla por su ausencia.
Tiene rostros robustos, cuerpos esbeltos,
sus vidas tienen mas otoños.

Es la hora de levantamientos de ética,
ellos les muestran los distintos caminos.
Ahora es la elección.
El comienzo de un nuevo capitulo,
nuevos progresos, metas, sueños...
Ya es hora de plasmar los recorridos
pero por ahora ya culminó este transcurso.
Que te vaya bien, ¡Au revoir!
Es la frase de todos,
llevan la mochila vacía sin los constructores.
La masa+gravedad no se siente.
Y entonces se pierden del templo, solo queda,
y solo digo au revoir.



La melancolía que respira cuando te marchas de un colegio a otro.
Ilaudey



Fue en tarde de estío,

El deambulaba por la acera cuadrada.

Los ruiseñores deleitaban.

El sol daba fulgor.

Parece el nido de las aves de fuego.

Su sombra delante,

guía sus pasos.

Su sombrero es de antaño.

En el camino,

flores esmeraldas y rubíes.

La acera es amapola y nieve.

Una oleada, el sombrero voló.

Un bastón,

su fiel amigo.

Como un olímpico corrió.

El sombrero casi a su postrera.

Desconocido Hombre,

vaga por los laberintos del pueblo.

Parece el recolector de nubes.

Polaris brilla en sus noches,

ilumina su espalda jorobada,

en sus ojos están los amaneceres.

¿a dónde sus píes le guiarán?

¿a dónde va?.




Un señor de casi 80 años, que mas de alguna vez lo he visto deambular por las calles.
decidme si os gusta.
Ilaudey